El tiempo de las mujeres, las mujeres de su tiempo


Tissot presenta una crónica femenina desde 1853 hasta la actualidad.
Observa de manera retrospectiva y prospectiva, su relación con las mujeres y rendirles homenaje. La marca explora este vínculo perpetuo, recíproco y centenario bajo el prisma de su historia y de sus diseños.
Desde sus inicios, Tissot ha dedicado su tiempo a las mujeres. Cuando Charles-Félicien y su hijo, Charles-Émile, fundaron la empresa familiar, las mujeres Tissot también contribuyeron a su funcionamiento. Sophie Amélie dirigió la marca durante los viajes de Charles-Émile, su marido. Por su parte, Marie Tissot sustituyó a su hermano cuando debió ausentarse de Le Locle por motivos profesionales. Para conmemorar el Día Internacional de la Mujer, repasamos la cronología de la casa a través de sus colecciones femeninas, las anécdotas de sus archivos y las mujeres que han escrito la historia del mundo... y la de Tissot. Infinitos recuerdos que atestiguan el compromiso inquebrantable de la marca por colmar a sus clientas.



Los siglos XIX y XX: del reloj colgante al de pulsera
Desde su creación, Tissot conjugó el tiempo en femenino, ya fuera pendiendo de una cadena o de una cinta, o decorando una muñeca.
El denominador común de los primeros relojes colgantes era el lujo de sus detalles y la nobleza de sus materiales: oro, esmalte y piedras preciosas. Al estrenar siglo, las mujeres empezaron a usar relojes de pulsera y se sumaron a esa nueva forma de llevar el reloj, sumamente audaz. Tissot supo seguir seduciéndolas con modelos elegantes y diseños variados e inspirados en las corrientes artísticas del momento, como el modernismo o el art déco. Las declaraciones firmadas por Tissot no escaparon a la mirada de famosas como Sarah Bernhardt. Durante su visita al pabellón suizo de la Exposición Universal de París de 1900, la actriz francesa compró un reloj colgante de oro de 18 quilates. También la reina Isabel de Bélgica confió un encargo exclusivo a la marca: las letras de su nombre, engastadas con diamantes, y la corona real de Bélgica sustituían a los índices de su reloj de pulsera.


Después de la Segunda Guerra Mundial: una mujer, tres relojes 
Este período fue muy propicio para la autoafirmación. En sus campañas publicitarias, Tissot plasma el eclecticismo de sus colecciones y anima a sus clientas a reivindicarse con eslóganes como: «En cada momento del día, el reloj Tissot de rigor» y «Una mujer, tres relojes». La colección de Tissot incorpora entonces algunos modelos para practicar deporte, otros adaptados al entorno profesional y otros, más elegantes, para eventos sociales. Esta visión perdura en la actualidad. 


Los años sesenta y ochenta: las épocas de la relojería
A finales de los años sesenta, Tissot piensa en los jóvenes. La vida avanza a un ritmo frenético y el tiempo parece no caber en relojes que se renuevan sin cesar. Las mujeres de la nueva generación inventan nuevos códigos para diferenciarse de sus mayores. Tissot escucha sus deseos y decide colaborar con diseñadores internacionales para crear, entre otros, el Tissot-Design o el Tissot Pinky y su anillo a juego. Dos décadas más tarde, la moda cambia drásticamente. En los años ochenta, las mujeres apuestan por lo unisex. Tissot propone modelos para hombre o mujer en su colección de cuarzo, como el Tissot RockWatch o el Tissot TwoTimer, y difumina la frontera entre géneros.


Las mujeres: siempre protagonistas 
Tissot continúa diseñando colecciones específicas para mujer. Un cronógrafo con carácter, un modelo oversize, una reinterpretación de una edición vintage, un reloj deportivo atemporal o uno táctil e innovador: según su personalidad, su estado de ánimo o su estilo de vida, la mujer Tissot puede elegir entre técnica, audacia y looks arrolladores, o clásicos, retro y sobriedad. ¡La firma suiza es experta en proponer modelos para todos los gustos y ocasiones!


Mujeres de su tiempo
El éxito de Tissot reside también en su actitud. En esta casa, el compromiso «feminista» se traduce en una accesibilidad laboral justa. Tissot reivindica la diversidad de las profesiones, sin importar su índole. El equilibrio entre trabajadores y trabajadoras es prácticamente igual. Tissot sabe que su perdurabilidad no solo depende de sus creaciones, sino también de sus clientes y sus clientas, de sus empleados y empleadas, y de su compromiso.

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