Belleza Express: tratamientos para una Mujer Chic



La toxina botulínica y el ácido hialurónico son dos tratamientos que actualmente se complementan para reordenar los rasgos faciales alterados, logrando un efecto de rejuvenecimiento global.
La toxina botulínica es el tratamiento ideal para arrugas gestuales (entrecejo, “patas de gallo”, arrugas frontales), tiene cada vez más indicaciones de aplicación en otras zonas como en mentón, elevación de la punta nasal, pómulos y comisuras labiales (efecto lifting). También se aplica en las arrugas del escote.
El implante con ácido hialurónico habitualmente se aplica en arrugas superficiales o profundas, en surcos o para aumentar y embellecer los labios. Actualmente cuenta con diversidad de presentaciones y consistencia con las que se puede elevar los pómulos o aumentar su volumen, redondear el mentón, alinear un reborde de rostro caído, mejorar el hundimiento de las ojeras o bien elevar la cola de cejas. También podemos lograr un efecto lifting elevando mejillas caídas y mejorando pliegues verticales, como si se estuviéramos colocando hilos tensores.
Previo a una evaluación diagnóstica del paciente, el tratamiento se realiza en dos etapas. Primero se procede a la aplicación de la toxina botulínica y luego al observar los efectos de la misma se aplica el ácido hialurónico. Los resultados se observan inmediatamente y se acentúan al mes.

Dra. Sonia Bakst.
M. N.: 96486.
M. P.: 10831.
Especialidad: Cirugía dermatológica.
                      Medicina Estética.

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