Los brillos
están presentes en géneros como el raso y el terciopelo, así como en apliques
que incluyen tachas, lentejuelas y pedrería. Son una excelente manera de llamar
la atención y concentrar las miradas, por lo que siempre debemos colocarlos
teniendo en cuenta los siguientes tips:
Ubicación
Donde los
coloquemos es exactamente donde irán las miradas, por lo que debemos procurar
que sea en nuestros puntos fuertes, incluyendo escote, hombros, piernas, cadera,
cintura.
Los brillos dan
la sensación de mayor volumen en la zona en que están colocados, por lo que
debemos elegirnos según nuestro tipo de cuerpo.
Por ejemplo,
una mujer de caderas anchas y hombros estrechos se verá muy bien incorporando
los brillos en prendas superiores. Si lo hiciera al revés, no lograría dar la
sensación de una silueta reloj de arena, que es el tipo de cuerpo considerado
culturalmente ideal.
Estilo
personal
Aunque nos
puede gustar ver brillos en el outfit de otra persona, no necesariamente implica
que nos interese incorporarlo a nuestra vestimenta. Esto se debe a que no todas
tenemos el mismo estilo y en algunos casos, como el estilo clásico y el estilo
natural, las mujeres no se sentirían cómodas con prendas
brillosas.
Sin embargo,
pueden animarse a incorporar los brillos en pequeños detalles, como parte de la
estética de calzado, en tonos de maquillaje y hasta en esmaltes.
Las mujeres
llamativas se sentirán a gusto con esta tendencia, pero tienen que tener cuidado
de incorporarla en exceso porque se crearían múltiples centros de atención y el
objetivo es que el outfit tenga una prenda protagonista y que el resto
acompañe.
Además de
respetar el estilo propio, tenemos que ser conscientes del contexto en que se
utilizan los géneros con brillos. Culturalmente, tenemos la percepción de que es
aceptable incorporarlos por la noche o para eventos de más importancia pero es
posible usar brillos durante el día.
Para lograr un
look radiante bajo el sol, lo que debemos intentar es combinar los brillos con
prendas en tonos claros, preferentemente neutros como el marfil, el beige y
tonos apastelados. También deberíamos intentar que las lentejuelas y la pedrería
estén en tonos más claros, que tienden a asociarse más con el día que con la
noche.
Los brillos
también pueden usarse con neutros más oscuros, como los grises pero debemos
intentar que las lentejuelas o la pedrería estén en tonos más claros para no
llevarlo a un look demasiado nocturno.
Una propuesta
interesante es incorporar los brillos solamente en parte de las prendas, como
ocurre en la actualidad con los cuellos de las camisas y las mangas de
sweaters.
Otra variante
es incorporar tonos metalizados, como las tachas, en pulseras, carteras o
zapatos ya que no estamos agregando demasiado brillo al outfit y la imagen total
que proyectamos.
Por Laura
Malpeli
de
Jordaan
Master
en
Asesoramiento
de
Imagen
certificada
por
Colour
me
Beautiful
Creadora
de
Styletto
Image
Studio
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