Por Mariana
Boggione
Mujeres Chic
conversó con Nora González Pozzi, fundadora y directora de la Escuela de Comedia Musical
del Teatro El Circulo.
Teatro, danza, canto.
El arte conjugado en una misma persona, interpretado y transmitido en múltiples
escenarios. Un verdadero testimonio de esfuerzo y pasión por el arte,
armónicamente conjugado con un “equipo de familia”.
¿Cómo descubriste tu vocación por la comedia musical?
Es una pregunta
interesante. Desde los cuatro años estudiaba danza clásica, española, folklore,
canto y teatro. Todo por separado, en la escuela municipal Ernesto De La Rechea. Teníamos clase todos
los días de 2 a
7 de la tarde… dediqué toda mi infancia al arte. Lo hacía porque me encantaba,
no porque mi mamá me obligara, porque para ella fue un sacrificio tremendo tener
una hija que hacía esto todas los días. Llegó un momento, a los 16 años, en que
me di cuenta que me faltaba unir estas actividades, centralizar todo en un
mismo estilo, sin saber todavía que iba a dedicarme al musical. Sentí la
necesidad de que el bailarín cante, de que el actor baile… y así nació mi
pasión por el musical.
¿Cómo fue posible la fundación del Estudio de Comedias
Musicales?
Trabajé toda mi
vida ad-honorem, desde los 18 años. Yo era maestra jardinera y a su vez les
enseñaba danza. Después, cuando me casé y tuve hijos, trabajé en sus escuelas
ad-honorem generando musicales. Iba a los patios de las escuelas con el
grabador y armábamos coreografías con los chicos. Fue una de las etapas más
felices de mi vida y de mayor experiencia.
Canal 3 se interesó
y comenzó a filmar nuestras obras. Un día el Director de Canal 3 se entrevistó
conmigo y me dijo “lástima que no sos profesional… sos amateur”. Y a mí eso me
calló mal, porque hay mucha gente que trabaja amateur pero es súper
profesional. Comentándolo con mi marido, que fue mi gran compañero de toda la
vida, me dijo “es que no tenés una escuela”. Y ahí fue que pensé “sería fabuloso”.
Y mandé una nota a El Círculo, porque cuando yo era chica siempre actuábamos en
el Teatro. La Comisión Directiva
del Teatro, que sabía de mi trayectoria, me contestó interesada. Entonces comencé
a restaurar una parte del teatro donde funcionaría la Escuela de Comedia
Musical. Allí empezó mi trabajo profesional entre comillas, aunque me sentí
profesional toda mi vida…
¿En tus años de historia como docente y como directora
del Estudio de Comedias Musicales descubriste algún talento que hoy conozcamos públicamente?
Todos los chicos
que están trabajando en Buenos Aires salieron de nuestra Escuela. En todas las
comedias musicales de allá me di el gusto de sentarme y ver a algún alumno de
ensamble o primera figura. Tengo una en Broadway, que no es poco.
Cuando yo comencé
no había estudios de comedias musicales en Rosario ni en Buenos Aires. Hoy hay
muchos espacios, y sus directores y docentes son todos egresados del Estudio de
Comedias Musicales.
¿Cómo comparte tu familia y entorno más cercano tu pasión
por las actividades culturales que promovés?
Hace muchos años
vino Lino Patalano a Rosario porque estaba buscando un ballet, y yo estaba en
el Ballet de la Alianza Francesa.
Charlando con él me dijo “esta actividad artística es incompatible con la
familia”, a lo que le contesté: “No me conocés. Para mí el arte es mi vida,
pero mi familia es mi prioridad”. Pasaron los años y te digo que se pueden
conciliar las dos cosas, teniendo en claro lo que querés, y obviamente, teniendo
una buena relación con tu pareja.
Estuve toda mi vida
casada con el mismo hombre, que fue el amor de mi vida, y tengo la suerte de
que a mis hijas también les guste esta actividad. Tenemos un equipo de familia.
Si hubo que priorizar algo, siempre fue mi familia, por eso me quedé en Rosario,
porque podría haberme ido a otro lado para evolucionar artísticamente un poco
más… pero siempre estuvo primero mi familia.
¿Qué te motiva a seguir dedicando tu vida al arte?
Tengo miles de
proyectos. Los años me dan más ganas de hacer cosas, con más experiencia, con
una pasión más bondadosa, más acogedora, más contemplativa. Entonces podés
hacer las cosas mucho mejor, con más inteligencia, con más paz y trabajando en
equipo. Se puede, dándole la oportunidad a otra gente. Hay muchísima gente
talentosa. Compartir con ellos el trabajo es lo que más me gusta en este
momento.
Si tuvieras que elegir una palabra para definirte, ¿cuál
sería?, ¿por qué?
La palabra que más
me gusta que me digan es mamá. Haber sido una buena madre. Esposa sé que fui,
porque siempre me lo dijo, pero espero que mis hijos me consideren el día de
mañana una buena madre también.
Nora, a parte de ser una artista excepcional, sos una madraza, tenés una familia de oro, ojalá todos tuvieramos la dicha de tener una mamá como vos tan presente siempre! Felicitaciones! y que sigan los éxitos!
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