Cecilia Carranza: “Mis padres me transmitieron el valor del trabajo y el sacrificio”



Cecilia Carranza construyó una carrera en el mundo del yachting. Con solo 24 años, ha conseguido un puesto envidiable en el ranking mundial de laser radial. Fue la representante argentina para los juegos Olímpicos de Beijing 2008 en Laser Radial. Es la actual campeona argentina de la clase y también la actual campeona sudamericana. Y los títulos continúan…Una vida llena de logros pero también de desafíos y sacrificios.
¿A qué edad comenzaste a navegar?
A los 6 años. Nací en el río porque mis padres tienen embarcación y me empezaron a llevar desde mis primeros meses de vida.  La pasión  que siento por la navegación se la debo a ellos y al club al que pertenezco, el Yacht Club Rosario.
¿Siempre sentiste que navegar era tu verdadera vocación?
Siempre lo hice porque me gustaba y me divertía. Hasta los 15 años el deporte fue para mí una recreación, un desarrollo y después me empezó a gustar la competencia. Creo que a los 16 años uno es chico para tener una profesión.  Recién hoy que tengo 24 años puedo decir que esto empieza a ser una profesión seria. Cuando empezas a pensar si lo que haces puede llegar a ser un medio de vida o no creo que es ahí cuando se convierte en una profesión.
¿Cómo pudiste finalizar tus estudios secundarios con el tiempo que lleva entrenarse para una competencia?
Esas cosas se logran con el compromiso y la colaboración de muchas partes. Uno está involucrado en un deporte que se lo llama individual pero para llegar a grandes logros se necesita de la colaboración de muchas instituciones y personas. Creo que una de esas instituciones es la escuela que tiene que aprender a darles libertades a sus alumnos cuando estos responden con responsabilidad. Yo tuve la suerte que el colegio San Patricio, donde cursé toda mi primaria y secundaria, colaboró conmigo.
¿Ahora estas estudiando alguna carrera o estas dedicada full time a competir?
 Después de los Juegos Olímpicos del 2008 empecé a estudiar trabajo social y profesorado de educación física porque no sabía bien qué quería hacer de las dos cosas. Luego, por la cantidad de horas que requería cada carrera, opté por  educación física. Cursé dos años esta carrera pero este año tuve que dejarla de lado porque me dediqué full time a prepararme para competir.  
¿Desde un principio hiciste laser o ya habías probado otras cosas?
Hasta los 15 años  hice optimist que es la clase de formación y luego empecé con laser.
Acabas de ganar una medalla de oro en los Juegos Panamericanos. ¿Qué significa para vos esta conquista?
Para mí es una gran satisfacción a nivel personal por las rivales con las que competía. En Estados Unidos, Canadá y México son rivales muy fuertes. Además este tipo de eventos son importantes para la difusión del deporte en el país. Y como soy de las que cree que el deporte es fundamental para la constitución de una sociedad, me parece que el éxito y la difusión son importantes para poder  desarrollar una sociedad que vaya de la mano con el deporte.
De todos los títulos que obtuviste ¿Cuál te dio mayor satisfacción?
Sin dudas el que me dio mayor satisfacción fue el reconocimiento que obtuve en los Juegos Panamericanos. Venía de  un año medio flojo, que no había podido encontrar los resultados que quería y ese campeonato me demostró que hay que seguir trabajando por lo que uno busca. Esa es la diferencia de los que continúan y de los que se quedan en el camino. Hace un tiempo me dijeron una frase de Abraham Lincoln que dice que “el éxito significa pasar de un fracaso a otro sin perder el entusiasmo”. Creo que tiene mucho de cierto.
¿Cuántas horas entrenas por día?
Cuando estamos en etapa de entrenamiento fuerte practicamos en tres turnos. A la mañana una hora y media de musculación, al medio día vamos al agua unas tres horas y a la tarde hacemos ejercicios aeróbicos. Todo esto desgasta mucho así que en el medio de todas estas actividades solo me queda tiempo para comer y trasladarme al lugar de entrenamiento.
¿Crees que vale la pena tanto sacrificio?
Creo que todos los sacrificios que hago es parte de mi forma de ser. Uno de los valores que me trasmitió mi familia es el trabajo. Mi madre es una trabajadora de fierro y yo creo que cualquier actividad que hubiera iniciado en mi vida la hubiera hecho de la misma forma. Y veo que mis hermanos también hacen sus cosas con mucho entusiasmo y eso es gracias a nuestros padres.
¿Qué extrañas dejar de lado?
Siempre pienso en las actividades recreativas. A mí me encanta hacer deporte pero por la falta de tiempo o por una cuestión de riesgo físico me tengo que limitar.  Extraño ir a jugar al fútbol con mis amigas o tener el tiempo libre para ir a la Florida a jugar al vóley. Muchas veces en los tiempos libres que tengo no puedo elegir cualquier actividad y tengo que quedarme en mi casa mirando el techo porque estoy muerta de cansancio (ríe).
¿Qué dice tu familia de tus logros?
Mi familia está muy contenta. Mis padres están con un babero XXL (ríe). Más que nada no por haber logrado un éxito como el de los Juegos Panamericanos,  sino que me di cuenta que esa alegría es por haber visto desde afuera todo lo que yo me tuve que esforzar para poder llegar a ese resultado.
¿Qué valores crees que no le pueden faltar a un buen deportista?
La solidaridad, el compañerismo, el respeto hacia el rival, el espíritu de equipo y la humildad.
Sos muy joven. ¿Cuáles son tus metas o sueños por cumplir?
Me encantaría poder terminar de estudiar y ya lo voy a hacer. Y con la experiencia que me está dando el deporte junto con el estudio me gustaría poder avocarme a algún tipo de actividad para abrir más el deporte a la sociedad. Cada vez que salgo a correr por la costa veo la cantidad de gente que hace actividad física y eso es algo que la ciudad tiene que seguir explotando e incluyendo a todos por igual. Me encantaría poder aportar mi grano de arena para que todos incorporemos el deporte en nuestra vida.
¿Cómo te definirías personalmente?
Soy responsable, exigente, tranquila. La gente dice que soy humilde (ríe). Hay veces que la responsabilidad y la exigencia genera un poco de obsesión lo cual muchas veces lleva a un malestar personal. Hay que aprender a no tomárselo de esa manera porque en definitiva todos entrenamos para un mismo objetivo.  


Comentarios