Luciana Scyzoryk: “Siempre estoy desarrollando algo diferente”

Esta semana posamos la lupa en una mujer del ámbito empresarial, la cabecera de la empresa textil de uniformes, “Atuen-dos.” Una joven y exitosa emprendedora, generadora de cambios por naturaleza, que imprime en su manera de hablar un dejo de sabiduría que proviene de la experiencia y el trabajo. Una perspectiva de vida llena de aprendizaje y sobre todo, de infinitas ganas de mejorar las cosas. Mujeres chic cede la palabra a Luciana Scyzoryk.


¿Cómo surgió Atuendos?

Atuendos se inauguró en el 2004, pero yo empecé a trabajar mucho antes. Arranqué a mis 18 años fabricando buzos para egresados. En ese momento estudiaba administración de empresas y después hice un curso sobre cómo administrar micro emprendimientos. Llegó un momento en que me di cuenta de que tenía ilimitadas las capacidades de venta y muy limitadas las de producción, ya que estaba sola para todo. En ese momento me asocie y fue donde se inició “Atuen-dos SRL”. Yo tenía 26 años y a pesar de la buena respuesta del mercado, a los dos años, por no tener la misma visión y valores con mi ex socia, decidimos separarnos, ella me vendió su parte, yo saqué un crédito y así salí adelante.

¿Siempre te dedicaste al diseño y a la producción?

Al principio hacía todo y de a poco fui delegando . Soy un adicta a la capacitación y a la actualización, si uno no está todos los días buscando nueva información, la mente se estanca. Entonces, hice infinidad de cursos. No hay año que no haga una capacitación. Voy eligiéndolas en función de mis necesidades y a las demandas del momento. Además creo que el compartir es muy importante, y en los cursos se vive eso. La interacción es muy positiva. Siento que a veces estar solo en la oficina, es como una burbuja y ahí uno no ve las oportunidades.





Además de ser la cabecera de esta empresa, también te involucrás en cuestiones más políticas, siendo la secretaria de la comisión directiva de la Federación de Industriales del Departamento Joven. ¿Qué te motivó a formar parte de esta organización?
Es la institución propicia para defender y trabajar por los derechos del sector. Y creo que las reglas están para cumplirse y después que probaste que no son buenas recién ahí tenés que trabajar para cambiarlas. En lo personal, yo identifico muy injusta la ley laboral y me propuse algo que me dijeron que era un sueño muy complejo, pero igualmente me lo propuse de aquí a 30 años: Trabajar para cambiar la ley laboral y que sea más justa tanto para el empleado como para el empleador.

¿Cómo definirías entonces tu lugar en el sector y la sociedad?

Como empresaria. Pero cuando arranqué no, me costó horrores. En los formularios que llenaba escribía “estudiante”, aún cuando no iba más a la facultad. Hasta que un día me dije: ¿Por qué no me asumo empresaria? ¿Por qué está mal visto? En muchos casos me juzgaron como empresaria como que solo quería trabajar para ganar dinero, como se juzga a la mayoría en este rubro. Pero creo que para algo vivimos en sociedad y creo que no son casuales los lugares que nos tocan ocupar. Nuestra sociedad está pasando por una crisis de valores en todos los ámbitos. Entonces yo considero que hay que volver a la base para reafirmarlos. Y sobre todo, siempre tratar de generar un cambio, si somos jóvenes y no vemos la posibilidad de cambio creo que no vale la pena ni levantarse.
Los lugares cuando están vacíos los ocupa cualquiera, así que más vale, ocuparlos para intentar mejorar las cosas. Se necesita gente responsable que se haga cargo de su granito de arena. Y así podemos tener mejores resultados para todos.


¿Y cómo ves entonces tu lugar como mujer empresaria?
Hace un tiempo me vinieron a buscar de la UCA para incluirme en la tercera edición de un libro de éxito empresarial, ya que consideraron que era un caso digno de contar más que por ser empresaria por ser mujer. El hombre y la mujer somos diferentes. Tenemos emociones, habilidades y debilidades diferentes. Entones la mujer llegó a un ámbito en el que se estaban necesitando otras habilidades para equilibrar la energía masculina. La mujer aporta una mirada desde otro lado. Sin tanta racionalidad masculina. Siento que para eso llegamos, para cambiar las cosas desde una sensibilidad distinta. Mostrar que los negocios no son solo números.



Y teniendo tantas responsabilidades y compromisos, ¿tenés tiempo para dedicarte y cuidarte a vos misma?
Antes vivía solo para el trabajo. Ahora me estoy dedicando más a mí. Voy al gimnasio todos los días, y creo que es una cuestión de salud, el cuerpo necesita hacer actividad física para descargar tensiones, es imprescindible. Aunque esté cansada, se que en la constancia están los resultados. Hay veces que hay que hacer cosas aunque uno no quiera. Y nunca me falta el maquillaje, obvio que no “tipo puerta”, pero dentro de mi estilo me gusta cuidarme, ir a la peluquería, a la manicura todas las semanas, en si mimarme. Me hago el tiempo porque creo que es uno de los recursos más escasos que tenemos y el que más hay que aprender a administrar y como todo, hay que establecer prioridades.

¿Te imaginas trabajando en este rubro hasta dentro de muchos años?
Si, seguro. Pretendo tener cada vez más madurez para que ciertas cosas me pesen menos. Hace 15 años atrás hacía 20 buzos y vivía como loca y hoy hago 5000 prendas y fluyen, ya se canalizar mejor las demandas externas con menos presión.

En varias ocasiones hacés referencia a que hay cosas que podes hacer por no tener hijos, ¿qué pensás sobre postergar la maternidad por el trabajo o las ocupaciones?
Yo no la postergo por ningún compromiso, ni por mi trabajo. Considero que para traer un chico al mundo hay que formar una pareja sólida para que los hijos crezcan en una familia. Traer un hijo al mundo no es una obligación, es una oportunidad y creo que ya me va a llegar. Seguramente cuando sea madre mi hijo se críe en la empresa y me encantaría que después vuelva para trabajar en ella.

¿Cómo te definirías?
Creo que el gen emprendedor lo tengo indudablemente, en el sentido de comenzar algo nuevo, en todos los ámbitos. Igualmente hoy estoy atravesando la etapa de emprendedor a empresario que es más de administrar recursos y delegar, que de hacer las cosas en primera persona. Y también tengo mucha, muchísima capacidad maternal, de protección. Que lo despliego hasta cuando tengo que definir el botón o el logo de una prenda. La empresa para mí es como un hijo.

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