Lidia Sartoris Ángeli: "La mujer tiene que saber ocupar sus espacios"


Para este viernes, Mujeres Chic remonta vuelo para visitar a una mujer referente no sólo de Rosario, sino también del ámbito internacional. Al frente de la empresa de turismo Transatlántica, Lidia Sartoris Ángeli, es además la presidenta de la Organización Argentina de Mujeres Empresarias y vicepresidenta de la FCEM, la entidad que nuclea a las empresarias a nivel mundial. Portadora de un dinamismo y una voluntad admirables, Lidia encabeza el trabajo para defender la visibilidad de las mujeres en el ámbito empresarial y por supuesto, social.


¿Cómo fueron sus inicios en el ámbito empresarial?
A todos nos gusta recordar los inicios de nuestra actividad, sobre todo cuando es pública. Cuando mis tres pequeños hijos ya estaban un poquito creciditos, con mi esposo, tuvimos la oportunidad de fundar esta empresa, Transatlántica. Era de viajes, dedicada al cambio. La empresa siguió creciendo, mis hijos crecieron también y yo conocí a muchas personas, ya que nuestro trabajo era de mucho contacto con los pasajeros, los llevábamos de viaje y acompañábamos grupos.
Mi interés siempre fue vivo, porque me gusta la vida, me gusta la actividad, me gusta la comunicación y así,   -en el transcurso de estos años que fueron muchos-, yo fui desarrollándome en el ámbito empresarial, social, cultural, y por supuesto no descuidando a mi familia, como toda mujer.
Tengo la satisfacción de tener muy buenas relaciones, me gusta el contacto social, me gusta que todo el mundo esté de acuerdo, aunque lograrlo es difícil, más en época de elecciones, pero para mí el diálogo es imprescindible.

¿Cómo llegó a formar parte de la OAME y a convertirse en su presidenta?
En mis principios, me empezaron a buscar otras mujeres del sector, entre ellas, de la OAME, la Organización Argentina de Mujeres Empresarias. Fue entonces cuando dejé mi ámbito permanentemente dedicado al trabajo y a mis hijos, y fui alternando con estas asociaciones. La OAME surgió en Argentina en 1967, siempre con Rosario en la presidencia, -lo cual fue en parte mi lucha personal-, y siempre se mantuvo en contacto con la organización mundial, la FCEM, Les Femmes Chefs d´Enterprises Mondiales, fundada en Francia, que es la organización pionera en la unificación del empresariado femenino mundial. Cada vez me fui involucrando más con esta organización y luego se presentaron los viajes internacionales. Al participar en congresos mundiales llegó un momento en que me nombraron Vicepresidenta mundial de la organización, Comisionada para América Latina. Como vicepresidenta, era mi deseo trasladarlo a otros países y así fue como, con mucha perseverancia, logré formarlo en Brasil, en Lima Perú y también Uruguay.

¿Cómo funciona la organización, cuáles son sus objetivos?
Esta es una organización sin bandera política y sin fines de lucro, pero con muchas inquietudes, más en estos tiempos, cuando tenemos posibilidades de desarrollo y comunicación. Tratamos de que se conozcan nuestras empresas, hacerlas conocer y relacionarnos, ese es uno de nuestros objetivos. Tenemos también un eslogan muy importante: "Solas invisibles, juntas invencibles". No ataca a nadie, nos llama a la unión, a formar redes: ese es el fin de la organización. Cada 15 días tenemos una reunión y además una reunión mensual donde nos encontramos socias y amigas, sobre todo cuando hay socias nuevas que presentan sus empresas para que se conozcan, porque si no se conocen no se puede hacer nada. Le doy mucho hincapié a ese tema.


Y habiendo conocido mujeres de todo el mundo, ¿cómo ve a la mujer argentina con respecto a otros países?
La FCEM reúne 60 países en todo el mundo y nuestros encuentros son en países muy variados. Hemos estado en Túnez, Egipto, San Petersburgo, México, EEUU, y acá en Argentina, en 2005 también. Agradezco pertenecer a esta sociedad Argentina, porque (sin menospreciar a nadie por su cultura), comparándonos con ciertos países árabes, nosotras estamos en un medio que nos permite relacionarnos, crecer y comunicarnos con otros países. El respeto al género ocurre en todos los países del mundo, la mujer puede ser madre, hija, esposa y una empresaria se forma ya desde su familia, respetando a sus padres o cuidando sus hijos y su hogar.  La mujer tiene que saber ocupar sus espacios, hacerse respetar, por eso para mí la educación y formación de la mujer es tan importante.

¿Ha aprendido de otras mujeres en la organización?
Me parece que toda la vida se debe aprender de los demás. Yo no me impongo, siempre me gusta aprender, intercambiar ideas, consensuar. Aprendo de cada una, cada cual tiene su propia personalidad y su riqueza. Se aprende mucho en una organización, es una gran escuela y con el aporte de todos se llevan las cosas adelante.

¿Qué cree que aporta la mujer en el ámbito empresarial?
La sociedad está formada por hombre y mujer. Cada uno aporta su visión. La mujer tiene algunas dotes como la intuición, el querer ayudar a las mismas mujeres, porque aunque dicen que entre nosotras no nos queremos ayudar, yo no lo creo así. Es una característica especial que tiene la mujer en la empresa y que puede ayudar al crecimiento.

¿Cómo ve el posicionamiento de la mujer actualmente?
Ahora hay un cambio social con más libertades, ya no se depende tanto de la voluntad masculina como en algunos países. Tiene amplios espacios, en el país hay posibilidades de todo tipo, incluso tenemos ejemplos de mujeres unidas para formar empresas y son muy exitosas. De manera que, se puede. Con voluntad, inteligencia, tesón, con mucho equilibrio y teniendo mucho tacto.

¿Cree que en la actualidad la mujer está postergando el matrimonio por las cuestiones laborales y profesionales?
Si, eso se ve. Pero después llegará el momento en que... ¡el amor todo lo puede! Uno lo puede postergar, y si bien se ve mucho ahora, eso de que la mujer se dedica solo a su trabajo y no a su familia son casos especiales, es una elección personal. Pero no por eso es liviana la tarea de la mujer. No por el trabajo la mujer tiene que abandonar la vida hogareña. Conozco muchas profesionales que en períodos de la crianza de sus hijos tuvieron que dejar de trabajar, pero después tienen que retomar, porque ser profesional exige eso, sino uno se desactualiza. Igualmente, yo siempre recomiendo tomar unas buenas vacaciones cuando necesitan descansar, porque ayudan a despejar la mente y superar ciertos momentos difíciles.

¿Cómo manejó usted la crianza de sus hijos con su trabajo?
Tuve la suerte de que se me dio cuando ellos ya eran más grandes. Fue fortuito que así sea. Yo sé que a los chicos les gusta que la mamá se ocupe de ellos, aunque si las ocupaciones son muy grandes se dificulta, pero creo que la mujer tiene esa capacidad de llegar, cambiarse, cocinar, y estar a la altura de la situación. Y como suele decirse, en los platos que las madres preparan para su familia, va el amor.
Sabemos nuestras limitaciones, y con esas imposiciones del estado de las cosas tenemos que saber adaptarnos. Además, yo siempre digo que para una mujer es muy importante al momento de realizar actividades lograr un equilibrio, tener perseverancia y confianza en lo que hacemos.

¿Cómo se definiría?
No me gusta pensar en mí, pero te puedo decir que la vida vale la pena vivirla y hay que mirarla con ojos positivos. Si hay un momento en el que se decae, hay que tener la voluntad, equilibrio, confianza en si mismo y también en las personas que nos rodean. Eso ayuda mucho a la personalidad. Soy una persona activa y eso me permite dejar de lado ciertas cositas y seguir adelante. Me gusta mirar el futuro y sobre todo, vivir el presente.

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