Para cerrar el mes, Mujeres Chic fue en busca de una mujer con cualidades peculiares. Este viernes entrevistamos a Cristina Giménez, la astróloga y licenciada en artes visuales que cada día despierta a la ciudad con sus predicciones en el diario La Capital. Una mujer con una sensibilidad abrasadora y un gran entusiasmo por el aprendizaje permanente. Su punto de vista analítico y lleno de comprensión sobre las relaciones sociales alumbra de inteligencia e intuición la vida cotidiana.
Teniendo en cuenta que no es un empleo muy usual, ¿qué fue lo que te llamo la atención de la astrología para comenzar a estudiarla? ¿Siempre te interesaron las cuestiones más energéticas y “menos terrenales”?
Desde mi infancia se despertó mi amor por los libros, transmitido por mi madre que era bibliotecaria. Iniciada mi adolescencia leí libros como “El principito”, de Saint Exupéry o Siddharta de Hermann Hess. Me atraían los libros esotéricos o de filosofía oriental que descubría en los ficheros de la Biblioteca Argentina, buscando respuestas para mi interior y sobre el sentido de mi existencia. Así descubrí la astrología, que me cautivó desde el comienzo. Leía las características de los signos y me interesaba por saber los signos de las personas que conocía. Pero los cálculos matemáticos para levantar un mapa astral no los comprendía, por lo cuál recién a partir de 1985, -que comencé un curso en Buenos Aires de tres años con la astróloga Liliana Ortiz-, pude empezar a saber un poco más. Y fue muy curioso cómo volví a reencontrarme con la astrología descubierta en mi adolescencia. En el año 1982 una persona muy querida me quiso regalar una carta natal y así conocí a quien más tarde sería mi profesora.
¿La astrología está presente en toda tu cotidianeidad? ¿Prestás mucha atención al signo de las personas para relacionarte y comprender sus comportamientos?
Si, la tengo muy incorporada, sólo que no en forma dogmática. Uno es un microscosmo y además existe el libre albedrío. Creo que las personas vivimos cambios en nuestra existencia y que esos cambios, en parte, también dependen de nosotros mismos. Pero volviendo a tu pregunta, me hace comprender muchas cosas y eso es lo que más me gusta de la astrología.
En ese sentido, ¿crees que conocer el signo de cada persona puede ser de ayuda para relacionarse o entenderse mejor? ¿Y conocer sus predicciones?
En realidad si uno compara dos cartas natales, que son dos mapas del cielo del momento y lugar de nacimiento de una persona, puede entender las afinidades o dificultades para relacionarse: eso se llama sinastría. La carta natal es la representación de nuestro mundo interior y para la astrología lo interno está muy ligado a lo externo. En cuanto a lo predictivo, no me formé en una orientación predictiva, sino en una lectura que tiene que ver con posibilidades, una lectura “predictiva” menos determinista y más psicológica. Conocernos a nosotros mismos nos hace menos esclavos del destino.
También hacés trabajos personalizados como cartas natales, ¿quiénes son los que más se acercan, hombres o mujeres?
Es variable. He hecho cartas tanto a hombres como a mujeres, pero me parece que a las mujeres les gusta más hablar de su mundo interno. Los hombres son más concretos. Por lo general, uno se hace una carta natal o por curiosidad o porque quiere entender una etapa de su vida. Puede ser por cuestiones afectivas, de salud, materiales. También la angustia existencial, que es menos tangible, te puede llevar a hacerte una carta natal.
¿Cómo diferenciás el trabajo que realizás todos los días en el diario La Capital de los trabajos personalizados?
Son dos cosas diferentes. Soy consciente de que un horóscopo es algo muy impreciso, ya que es una tendencia al sol natal, y en tres líneas es difícil hacerlo. No pongo cosas concretas porque sería una mentira. Escribir horóscopos y hacer una carta natal son dos cosas muy diferentes. Una carta natal es un viaje interior y lleva mucha energía. Si el consultante está muy a la defensiva o negado es muy difícil, es el otro el que te abre la puerta de su casa o no.
También te dedicás a la docencia, ¿qué es lo que más disfrutas de ese trabajo?
Me gusta mucho enseñar astrología. Lo disfruto sobre todo cuando se forman lindos grupos. Se suele generar una corriente afectiva interesante. Enseño y aprendo, porque la relación con el otro te hace trabajar cosas internas.
¿Encontrás vinculación entre la astrología y las artes visuales?
La relación con la propia femineidad tiene que ver con el planeta Venus, y en parte la luna, más ligada a nuestros aspectos maternales. No soy demasiado coqueta y reconozco en parte, mis características según el signo dónde están ubicados mis planetas femeninos. De todos modos no me es indiferente mi aspecto personal, me gusta verme bien.
¿Te hubiera gustado ser madre en algún momento?
Hijos no tuve, simplemente no se dio, no hubiera rechazado tener hijos pero tampoco puse mi deseo en esa dirección. Y ahora ya no estoy en una etapa para tenerlos ya que pasé los 50. Noto que con los años fue desarrollando un sentimiento más tierno y protector por los seres vivientes de mi entorno, como plantas y animales.
Más allá de tu signo personal, si tuvieras que definir tu propia personalidad, ¿qué signos usarías?
Yo soy de Cáncer con ascendente en Capricornio, mi luna está en Aries. Hay planetas también en Géminis, por eso tengo facilidad para escribir o comunicarme. Mi sol natal que es agua, me da sensibilidad, pero al tener bastante fuego y aire soy un poco más extrovertida y activa que la típica Canceriana.
Teniendo en cuenta que no es un empleo muy usual, ¿qué fue lo que te llamo la atención de la astrología para comenzar a estudiarla? ¿Siempre te interesaron las cuestiones más energéticas y “menos terrenales”?
Desde mi infancia se despertó mi amor por los libros, transmitido por mi madre que era bibliotecaria. Iniciada mi adolescencia leí libros como “El principito”, de Saint Exupéry o Siddharta de Hermann Hess. Me atraían los libros esotéricos o de filosofía oriental que descubría en los ficheros de la Biblioteca Argentina, buscando respuestas para mi interior y sobre el sentido de mi existencia. Así descubrí la astrología, que me cautivó desde el comienzo. Leía las características de los signos y me interesaba por saber los signos de las personas que conocía. Pero los cálculos matemáticos para levantar un mapa astral no los comprendía, por lo cuál recién a partir de 1985, -que comencé un curso en Buenos Aires de tres años con la astróloga Liliana Ortiz-, pude empezar a saber un poco más. Y fue muy curioso cómo volví a reencontrarme con la astrología descubierta en mi adolescencia. En el año 1982 una persona muy querida me quiso regalar una carta natal y así conocí a quien más tarde sería mi profesora.
¿La astrología está presente en toda tu cotidianeidad? ¿Prestás mucha atención al signo de las personas para relacionarte y comprender sus comportamientos?
Si, la tengo muy incorporada, sólo que no en forma dogmática. Uno es un microscosmo y además existe el libre albedrío. Creo que las personas vivimos cambios en nuestra existencia y que esos cambios, en parte, también dependen de nosotros mismos. Pero volviendo a tu pregunta, me hace comprender muchas cosas y eso es lo que más me gusta de la astrología.
En ese sentido, ¿crees que conocer el signo de cada persona puede ser de ayuda para relacionarse o entenderse mejor? ¿Y conocer sus predicciones?
En realidad si uno compara dos cartas natales, que son dos mapas del cielo del momento y lugar de nacimiento de una persona, puede entender las afinidades o dificultades para relacionarse: eso se llama sinastría. La carta natal es la representación de nuestro mundo interior y para la astrología lo interno está muy ligado a lo externo. En cuanto a lo predictivo, no me formé en una orientación predictiva, sino en una lectura que tiene que ver con posibilidades, una lectura “predictiva” menos determinista y más psicológica. Conocernos a nosotros mismos nos hace menos esclavos del destino.
También hacés trabajos personalizados como cartas natales, ¿quiénes son los que más se acercan, hombres o mujeres?
Es variable. He hecho cartas tanto a hombres como a mujeres, pero me parece que a las mujeres les gusta más hablar de su mundo interno. Los hombres son más concretos. Por lo general, uno se hace una carta natal o por curiosidad o porque quiere entender una etapa de su vida. Puede ser por cuestiones afectivas, de salud, materiales. También la angustia existencial, que es menos tangible, te puede llevar a hacerte una carta natal.
¿Cómo diferenciás el trabajo que realizás todos los días en el diario La Capital de los trabajos personalizados?
Son dos cosas diferentes. Soy consciente de que un horóscopo es algo muy impreciso, ya que es una tendencia al sol natal, y en tres líneas es difícil hacerlo. No pongo cosas concretas porque sería una mentira. Escribir horóscopos y hacer una carta natal son dos cosas muy diferentes. Una carta natal es un viaje interior y lleva mucha energía. Si el consultante está muy a la defensiva o negado es muy difícil, es el otro el que te abre la puerta de su casa o no.
También te dedicás a la docencia, ¿qué es lo que más disfrutas de ese trabajo?
Me gusta mucho enseñar astrología. Lo disfruto sobre todo cuando se forman lindos grupos. Se suele generar una corriente afectiva interesante. Enseño y aprendo, porque la relación con el otro te hace trabajar cosas internas.
¿Encontrás vinculación entre la astrología y las artes visuales?
Para dedicarse a la astrología creo que hay que tener una sensibilidad especial. El arte, la astrología requieren romper barreras y prejuicios, así como tener intuición y sensibilidad. Yo dibujé desde muy chica y creo que me podría haber desarrollado en el campo de las bellas artes. También creo que siempre tuve una fuerte vocación por las cosas ligadas a la astrología y al conocimiento subjetivo del ser humano. Por eso desde hace unos años comencé a estudiar psicología, carrera que la realizo lentamente por tener poco tiempo libre.
¿Existen signos con cualidades más femeninas? En lo personal, ¿sos una mujer que se dedica a su aspecto estético?
La relación con la propia femineidad tiene que ver con el planeta Venus, y en parte la luna, más ligada a nuestros aspectos maternales. No soy demasiado coqueta y reconozco en parte, mis características según el signo dónde están ubicados mis planetas femeninos. De todos modos no me es indiferente mi aspecto personal, me gusta verme bien.
¿Te hubiera gustado ser madre en algún momento?
Hijos no tuve, simplemente no se dio, no hubiera rechazado tener hijos pero tampoco puse mi deseo en esa dirección. Y ahora ya no estoy en una etapa para tenerlos ya que pasé los 50. Noto que con los años fue desarrollando un sentimiento más tierno y protector por los seres vivientes de mi entorno, como plantas y animales.
Más allá de tu signo personal, si tuvieras que definir tu propia personalidad, ¿qué signos usarías?
Yo soy de Cáncer con ascendente en Capricornio, mi luna está en Aries. Hay planetas también en Géminis, por eso tengo facilidad para escribir o comunicarme. Mi sol natal que es agua, me da sensibilidad, pero al tener bastante fuego y aire soy un poco más extrovertida y activa que la típica Canceriana.
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