Conciliación laboral y familiar




Por Lic. Sandra Bustamante


El desarrollo económico de un país se debe en gran parte, a un óptimo aprovechamiento de los recursos humanos de que dispone, a la cantidad y al nivel de formación, o sea, a su calidad. Lo que hoy llamamos la sociedad del conocimiento es uno de los valores más importantes para el progreso de un país. En este sentido el buen aprovechamiento del 52% de la población que representan las mujeres, es imprescindible para el crecimiento económico, el progreso y para el mantenimiento de su nivel de bienestar. Por el contrario, formar y educar a este 52% y después desaprovecharlas y relegarlas a sus hogares, es un desperdicio de graves consecuencias no solo para ellas, que son las principales perjudicadas, sino también, para todo el país y su economía.


La población activa de un país está conformada por las personas que se han incorporado al mercado de trabajo, es decir, que tienen un empleo o que lo buscan. En Argentina, para el último trimestre de 2010, la tasa de actividad según datos del MTEySS era de un 59,1%, siendo para las mujeres del 47,1% y para los varones del 72,5%.

¿Cómo mejorar esta brecha entre mujeres y varones? Se pueden aplicar acciones desde las empresas o políticas desde el Estado. Las políticas sociales más avanzadas se dan en los países nórdicos, entre ellas la de conciliación de la vida privada y la vida laboral: dedican mayor presupuesto a todas las personas dependientes: niños, discapacitados, minusválidos, tercera edad, etc., de tal manera que toda la sociedad considera que es una responsabilidad de la propia sociedad cuidar de ellos.


Otro dato importante en Argentina: la Tasa de Empleo, que es la razón entre la Población Ocupada y la Población Económicamente Activa (PEA), según datos del MTEySS para el último trimestre de 2010 es de un total de 54,4%, para las mujeres del 42,8% y para los varones del 62,5%. La Tasa de desocupación por último, era del 7,8%, siendo superior para las mujeres (9,1%) que para los varones (6,9%).
La Tasa de empleo nos muestra más claramente la enorme diferencia existente en el mercado laboral entre mujeres y varones. La desocupación es mayor entre las mujeres, particularmente entre aquellos de larga duración, que son mayoritariamente mujeres.
La baja participación laboral de la mujer se da entre los 35 a 45 años que es la edad clave para la crianza de los hijos. Esto ocurre al mismo tiempo que en Argentina las mujeres están más y mejor preparadas que nunca en la historia. 

¿Por qué nuestro país desaprovecha tanto recurso humano y tan bien preparado?
Algunos datos objetivos que presentó la socióloga Anna Mercadé Ferrando en una ponencia deberían hacernos reflexionar:
• Más de una tercera parte de mujeres deja de trabajar a causa de la maternidad por no poder conciliar.
• La mayoría de las mujeres que trabajan y tienen un hijo tendrían el segundo si tuvieran más facilidades para la conciliación.
• Los contratos a tiempo parcial son mayoritariamente de mujeres con el consiguiente perjuicio económico para ellas, y para su carrera profesional.
• Las mujeres que abandonan el mercado laboral a causa de la maternidad, cuando pueden o quieren volver tienen serias dificultades para hacerlo y siempre son relegadas de categoría profesional.
• Todos los estudios que se han hecho al respecto explican básicamente lo mismo: la imposible conciliación entre maternidad-paternidad con la vida laboral.

Las dificultades que tienen las mujeres para seguir trabajando cuando son madres son la causa principal de que abandonen el trabajo temporal o definitivamente. Sobre todo porque todavía se les asigna a ellas todo el peso de la responsabilidad del cuidado de los hijos, y de todas las personas dependientes. Esta realidad hoy es un atraso para el progreso económico, cultural y social de nuestro país.
¿Cuáles son algunos de los Obstáculos que encontramos en nuestra sociedad y en las empresas?
- Horarios incompatibles entre las escuelas, los comercios y el trabajo laboral.
- Vacaciones escolares casi incompatibles con las laborales.
- Falta de servicios públicos y de servicios de proximidad para el cuidado de las personas dependientes.
- Falta de guarderías públicos y privados.
- Mentalidad, cultura y educación anticuada que hace recaer las responsabilidades domesticas y familiares sobre la mujer.
- Poca sensibilización desde el gobierno, el poder y desde los medios de comunicación de la co- responsabilidad social de los hijos y de las personas dependientes.
- Horarios partidos y poco flexibles.
- Poca flexibilidad en la organización del tiempo y de los permisos por razones personales o familiares.
- Una cultura empresarial basada en la presencia más que en el trabajo por objetivos y por efectividad.
- Fuerte control presencial.

Estamos ante un importante conflicto entre la vida privada y la vida laboral, que ha provocado el abandono del mercado laboral por parte de las mujeres o la renuncia a acceder a cargos o responsabilidades en la profesión, que impacta sobre el desarrollo de nuestro país. Se provoca una pérdida de gran capital humano y de las propias capacidades de las mujeres para organizar y gestionar las empresas y la sociedad.

Para Corina Rodríguez Enríquez, esta situación implica una sub-utilización estructural de la fuerza de trabajo femenina, que se expresa en los siguientes elementos: las todavía elevadas tasas de inactividad; la sobre-representación de las mujeres en diferentes formas de empleo precario y en la sub-ocupación horaria; y la sobre-calificación de la fuerza de trabajo femenina, en relación con las características de los puestos de empleo que ocupa.


En este sentido, dice esta autora, las políticas de conciliación deben entenderse como una política de inversión social, que disminuye las demandas sociales futuras, y contribuye a mejorar la capacidad productiva de la fuerza de trabajo, lo que debería redundar en el círculo virtuoso de mayor productividad, mayores ingresos, mayor capacidad contributiva, menores presiones fiscales”.

Las acciones y políticas de conciliación entre la vida laboral y familiar se plantean como una herramienta útil para transformar esta situación. Se trata de aquellas intervenciones que buscan facilitar una combinación adecuada de inserción laboral, atención de las responsabilidades de cuidado, y disfrute del resto de los ámbitos de la vida.

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