Por Ceci Tessi
A las 4:24 horas del lunes, la duquesa de Cambridge dio a luz a su primogénito, en la
maternidad privada del hospital público de St. Mary. El nuevo integrante de la
familia real pesó 3,800 y nació por parto natural, luego de 11 horas de trabajo
de parto.
Kate y Willinam se presentaron a las puertas del hospital - ubicado
en la ciudad de Londres - a las 7,10 AM, en medio de un gran despliegue de la
prensa internacional y de festejos en todo el país. Kate lució un discreto vestido celeste a
lunares blancos y se la veía radiante con su pelo suelto. Fue ella quien llevaba el bebé en brazos y unos instantes después se
lo pasó a Guillermo.
La familia real pasó la noche en
la lujosa suite Lindo Wing del
Hospital (que cuesta 7.000 euros la noche) y horas después de su nacimiento se
dirigieron al Palacio de Kensington, donde se espera que pase su infancia.
Si bien aún no tiene nombre, Baby Cambridge, fue saludado como todo un
príncipe: las campanas de la abadía de Westminster
repiquetearon ante tal acontecimiento histórico, al mismo tiempo que los Scots Guard, en el cambio de guardia en
el palacio de Buckingham, también le rindieron homenaje.
Miles de británicos apuestan
sobre cual será el nombre del niño y se inclinan por los nombres clásicos de
Jorge y Jaime, aunque también se habla del nombre Carlos, en homenaje a su
abuelo paterno.
Lo cierto es que el pueblo entero
festejó hasta altas horas, frente al palacio de Buckingham, el nacimiento del nuevo
integrante de la familia real, tercero en la línea de sucesión a la corona y
quien será el Jefe de Estado del siglo que viene. Sin lugar a dudas el
nacimiento del bebé real es toda una cuestión de Estado para el pueblo
británico.
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