Cada bebida tiene su historia. Pero aquellas que tomaban nuestros
abuelos y aún siguen vigentes tienen un toque vintage que las hace
especiales. Hesperidina, Cinzano, Cynar, Gancia, Fernet Branca, Amargo
Obrero... Acá va un repaso para llenar las copas con esos tragos
clásicos que hoy vuelven a imponerse en las barras.
Por Federico Schneidewind
Periodista especializado en vinos y bebidas
Fuente: Revista Doquier, nº83, abril 2013
Era muy común encontrar en la casa de nuestros abuelos un vaso en la heladera. Era el vaso del vermouth, siempre fresco, siempre listo. También era habitual para ellos hacer la “recorrida”, visitando y encontrando amigos con quienes compartir un rato mientras se abría el apetito. Por supuesto que se bebía, y a pesar de que hoy hemos perdido aquella costumbre, hay marcas de entonces que siguen estando, invitándonos a recuperar ese ritual, a volver a pensar en lo importante, dejando atrás la prisa por llegar a ningún lado para volver a encontrarnos, fundamentalmente, con nosotros mismos.
Gran parte de las bebidas que consumimos habitualmente tienen detrás historias muy interesantes. La mayoría llegó con los inmigrantes, pero otras nacieron acá, muy cerca.
Recuperando lo nuestro
- Hesperidina es una bebida alcohólica elaborada en base a corteza de naranjas amargas. Su creador fue Melville Sewell Bagley, fundador de la empresa argentina Bagley, en el año 1864. Su sabor es suave y dulce, y se suele mezclar con agua tónica, soda, gaseosa de pomelo o en diferentes tragos o cócteles. Hoy se sigue produciendo y consumiendo en nuestro país.
-
- Cinzano es una marca italiana, que desde 1999 es propiedad del Grupo Campari. Sus vermouths datan de 1757, cuando en la tienda de hierbas de los hermanos Giovanni Giacomo y Carlo Stefano Cinzano se creó el nuevo “Rosso”, utilizando plantas aromáticas de los Alpes italianos con una (aún secreta) receta que combina 35 ingredientes. Es tal la aceptación en Argentina que nos posiciona cómo el país de mayor consumo mundial de Cinzano.
- Americano Gancia es un aperitivo que se caracteriza por la presencia de sabores herbáceos y cítricos que se combinan con los del vino blanco y el alcohol. El sabor amargo de las hierbas se mezcla con el dulzor del azúcar, logrando una bebida amable, agradable de beber, equilibrada y de gran personalidad. El producto que hoy todos conocemos mantiene intacta su fórmula y sus componentes desde su creación en la década del '30. Tiene la particularidad de extenderse más allá de las fronteras del aperitivo, dado que también se lo consume de noche como trago, tal es el caso del famoso Gancia Batido, con hielo y limón. Allí es donde reside su valor: en la versatilidad para conformar diferentes tragos y adaptarse a distintos momentos y ocasiones. Su graduación alcohólica es de 14,8% y es un fiel representante de la vanguardia y la innovación que conecta a los argentinos con sus raíces italianas y europeas.
- El aperitivo Amargo Obrero acompaña las mesas argentinas desde 1887, cuando nació en la ciudad de Rosario como apuesta frente a las bebidas dulces. Fue y es una bebida muy popular en la zona del litoral, donde se concentra un 50% del consumo. Está hecha a base de hierbas, con 19% de graduación alcohólica y sube con alegría a la cabeza. Se prepara tradicionalmente con soda y hielo, y en su momento fue un must en las mesas argentinas.
La marca del misterio
Comentarios
Publicar un comentario